Subidas de la mano del árbol,
crujientes por un sendero.
Inquietando brisas, vientos,
danzando en conjunción divina.
Revuelven otoños silentes
perpetuando muerte y vida
Contemplan mis noches grises
arrullan mi ciudad dormida.
Hojas tiernas y hojas secas
se suceden como el tiempo
Envejecen noblemente
desparramando en su vuelo
lo posible, lo inmnediato,
lo acontecido, lo eterno…
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